domingo, 10 de julio de 2016

DIFERENTEES TRIPTICOS :DESDE LO QUE ES EL ABORTO,SACRILEGIOS, SANTOS E INFIERNO HASTA ENCICLICA PAPALES

DIFERENTEES TRIPTICOS :DESDE LO QUE ES EL ABORTO,SACRILEGIOS, SANTOS E INFIERNO HASTA ENCICLICA PAPALES
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DESCARGEN y saquenle copias, repartelos en tu colonia,hace falta laicos comprometidos que defiendan le Fe, por que puede que no esten deacuerdo con todo lo que esta aqui, por que decirle a alguen que peca incomoda, pero ya que unos de estos son ENCICLICAS PAPALES, obviamente respaldadas por la iglesia. como de misticos e incluso santos como se habla del infierno. aqui hay recopilaciones en su gran mayoria del libro LAS GLORIAS DE MARÍA de San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la iglesia, ¿que quiere decir doctor de la iglesia? que su doctrima es respaldada al 100 por ciento por la iglesia, que no se necesita consultar de ella por que es cien por ciento segura. tiyulo que se le da solo a muy pocos Santos.

martes, 14 de junio de 2016

LA SANTA COMUNIÓN EN LA LENGUA Y DE RODILLAS COMPARADA CON LA COMUNIÓN EN LA MANO Y DE PIE



¿Hasta Cuando Entenderemos?
LA SANTA COMUNIÓN EN LA LENGUA Y DE RODILLAS COMPARADA CON LA COMUNIÓN EN LA MANO Y DE PIE
Nicky Eltz

“Pero algo que no puedo estar a favor de ello (Comunión en la mano) y tampoco lo puedo recomendar”
“El sacerdote tiene una responsabilidad primordial como “siervo de la Santa Eucaristía y de todas las Formas Santas”, primordial porque es completa”
“El tocar las Creaciones Santas es un privilegio de los ordenados”
Juan Pablo II

“Es indigno quien celebre el misterio de manera diferente de cómo lo celebró Jesús”
San Ambrosio.

LA BIBLIA
“Se postraron y lo adoraron” (Al Divino Niño) (Mateo 2,11)
“Tomen y coman” (Mateo 26,16). “Aceptar” o recibir (en griego = lambanein) es pasivo, “tomar pasivamente”; no “tomar activamente”.
“Ante Mí se doblará toda rodilla.” (Isaías 45,23)
“Los 24 ancianos se postraron y lo adoraron.” (Rev. 5,13)
De acuerdo a San Lucas (22,19) por principio sólo las manos consagradas pueden “tomar” y “dar” al pueblo. Los laicos permanecen pasivos.
Cristo dio el pan remojado a Judas (Juan 13,26) y el alimento eucarístico a los apóstoles (Lc. 22,19) Implicación: ellos no lo tomaron.
….Y otros muchos.

En la cultura semítica en el tiempo de Cristo, no existía eso de tomar el alimento puesto en la mano. Si el anfitrión deseaba
honrar a un invitado de una manera especial, colocaba una porción del alimento en la lengua del invitado.

El tomar en cuenta tales costumbres judaicas da lugar a que la Comunión se coloque en la lengua. Esta evidencia histórica
confirma la conclusión bíblica que Cristo tomó una “norma básica” para convertirla en un “principio divino”.

LA IGLESIA PRIMITIVA
San Sixto I (Papa, 117-126)
Recordó a los cristianos las reglas apostólicas y asentó que sólo a los siervos del culto, los sacerdotes, se les permitía tocar los Santos Misterios.

Concilio de Trento (1545-1563)
“…Que el poder fue dado a los apóstoles y sus sucesores en el sacerdocio para consagrar su Cuerpo y su Sangre y distribuirlo”. EL laicado, una vez más, permanece pasivo.

SANTOS
(Jesús a…)
Santa Brígida de Suecia, † 1373
“Mira, hija Mía, les dejé a Mis sacerdotes cinco dones… y el quinto, el privilegio de tocar Mí Carne Santísima con sus manos.”

Santa Catalina de Siena, † 1380
Ella recibió la Santa Comunión en la boca de las propias manos de Jesús.

Mártir y Santo Cardenal John Fisher, † 1535
“Los tiempos de florecimiento o colapso dentro de la historia de la Iglesia siempre fueron asociados con el manejo de la Santa Eucaristía.”

PAPAS
Papa León XIII, † 1903
“Tan pronto como el orden de la razón contradice a la Vida Eterna y a la Autoridad de Dios, está permitido desobedecer a las personas para obedecer a Dios.”

San Pío X, (Papa † 1914)
“Al momento de recibir la Santa Comunión uno debe arrodillarse.”

Papa Paulo VI, † 1978
La Comunión en la mano comenzó en Holanda en 1965/66, como resultado de que ALGUNOS LAICOS CUESTIONABAN SI JESÚS ESTABA REALMENTE PRESENTE en la Hostia Consagrada. Esto es parecido a la “negación de la Divinidad de Cristo”. El Papa Paulo VI en su encíclica MYSTERIUM FIDEI ya había rechazado la así llamada Comunión en la mano como “una falsa opinión ya extendida”. Entonces les pidió a los obispos holandeses que comunicaran a todos sus sacerdotes las directivas de regresar a la manera tradicional de recibir la Santa Comunión. También escribió sobre el creciente mal uso del sexo en el matrimonio (la píldora, etc.) en su encíclica HUMANAE VITAE tres años después. Ninguna de estas instrucciones fue comunicada por los obispos holandeses y sus sacerdotes permanecieron sin censura no sanción.

En 1969 los obispos. Cada vez más numerosos, (incluyendo para entonces Alemania, Francia y Bélgica) que promovían el dar la Comunión en la mano le pidieron al Papa Paulo VI que diera un permiso especial para ella con el fin de “reglamentar la desobediencia”. Sorprendentemente y después de fuerte resistencia, él pareció ceder y más tarde en 1969 dio a ciertas Conferencias Episcopales, en las cuales la forma opositora de recibir la Santa Comunión se había ido afirmando (en desobediencia), un permiso especial para permitirla. Entonces, este “permiso especial” fue SOLAMENTE otorgado “a ciertas comunidades y a ciertas ciudades”, no en todas las diócesis y no como “costumbre”. Por lo tanto, su origen ilegal así como su extensión a tantos países, es engañosa, inválida, errónea y, finalmente, incorrecta. El permiso limitado que el Papa Paulo VI dio le fue sacado a la fuerza y bajo condiciones tramposas. ¿Hay que maravillarse si él dijo que los “humos de Satanás” habían entrado por las puertas de la Iglesia?

Para contener esta costumbre de desobediencia en aumento, el Papa, entonces, (también 1969) se dirigió a toda la Iglesia y advirtió seriamente acerca de los peligros de la Comunión en la mano (vehementer hortatur) y aconsejó “por el bien de la Iglesia misma” que todos los obispos, sacerdotes y laicos regresaran a la práctica de la Comunión en la lengua. ¡Esta advertencia y consejo tienen validez plena hasta el día de hoy!

En 1975, el consejero querido y experto en la liturgia, el Arzobispo Anníbale Bugnini, autor de la REFORMA LITÚRGICA (NOVUS ORDO MISSAE), fue despedido por el Papa cuando se descubrió su filiación con la masonería. Regresando al momento en que se estaba tratando el asunto, Bugnini había exagerado las opiniones de la minoría minimizando a la vez, las de la mayoría aplastante y había aconsejado al Papa con mentiras descaradas y distorsiones exageradas pero el daño ya estaba hecho y todo el catolicismo ya estaba socavado por esta traición.
Así que, en vez de leer la reforma litúrgica aconsejada, como fue por un equipo de protestantes, lea mejor en profunda oración: la Biblia, los escritos de este Santo Padre y luego lea y viva los mensajes de la Virgen María dados en los lugares del mundo aprobados para la veneración.
Fue reportado que unas pocas horas antes de la muerte, del Arz. Bugnini cuando la Santa Comunión fue llevada a su habitación, se levantó de su cama gravemente enfermo, y se arrodilló para recibir a Jesús.

Papa Juan pablo I, † 1978
La noche en que asesinado por un clérigo masón, el Papa Juan Pablo I tenía guardada en el cajón de su escritorio una lista de treinta cardenales y obispos que eran masones y a quienes iba a despedir al día siguiente.

Papa Juan Pablo II
Estando en Zagreb, Croacia en septiembre de 1994 el Santo Padre hizo que los sacerdotes que lo asistían (en lugar de acólitos) usaran patenas enormes para recoger partículas que posiblemente cayeran mientras distribuía la Comunión. Este autor y millones de otras personas vieron que cuando los comulgantes intentaban alzar sus manos, tenían que detenerse y recibir la Comunión en la lengua de las manos del Papa o chocar contra las patenas. Así, el Papa no les permitió elección alguna. Ninguna persona recibió la Comunión en la mano aquel día, al menos no de las manos del Papa de Nuestra Señora.
“Pero yo mismo he visto al Papa dar la Comunión en la mano”, posiblemente usted diga en este momento. Es cierto, pero cuando lo hace es porque se encuentra en un país donde la Conferencia Episcopal ha decidido desobedecer sus instrucciones y las de su predecesor y él no quiere antagonizar a los obispos para no causar un cisma sobre este asunto.
Cuando los obispos desobedecen al Papa, no hay, desde luego, culpabilidad por parte del laicado, si es que toda la información que han recibido viene sólo de su obispo.

CARDENALES
Cardenal Julius Döpfner, † 1976
Un poco antes de su muerte “Si hubiera sabido que a través de la Comunión en la mano se iba a practicar tanta irreverencia, nunca hubiera hablado a favor de ella…Hoy, va uno a comulgar como se tomaba agua bendita en el pasado. Durante dos años luché a favor de de la Comunión en la mano. Ahora que he visto los resultados no l volvería a hacer. Pero ahora no sé como reparar el daño que se ha hecho. ¡Libérense de la Comunión en la mano!”

Cardenal Franjo Šeper, † 1981
(anterior prefecto de la Congregación para la Propagación de la Fe.) “la cuestión de la Comunión en la mano para mí no es cuestión de la firma sino es un asunto de Fe y por lo tanto una decisión de conciencia para el sacerdote”.}”Nadie, habiendo consultado con sus conciencia, podría sentir la necesidad de pedir la Comunión en la mano”.

Por favor, pregúntese querido católico, cuándo y por qué empezó a recibir la Comunión en la mano. Hágalo con sinceridad y lleve la respuesta a la oración. ¿Hubo una buena razón, o fue simplemente como con muchas otras cosas en nuestra generación, “porque todo mundo lo hacía”? ¿Había recibido la información correcta y completa en ese tiempo?
Cardenal Joseph Ratzinger
(Prefecto, Congregación para la Propagación de la Fe) “Debemos reconquistar la dimensión de Santidad en la Liturgia.” (1988).
La implicación obvia es que “la dimensión de la Santidad” se ha perdido.
MÍSTICOS DE LOS SIGLOS
Katharina Emmerich, † 1824
(Estigmatizada)
Considerada la más famosa de los místicos alemanes, Katharina vio a Jesús distribuir el pan en la boca de los apóstoles.

Terese Neumann, † 1962
(Estigmatizada)
Ella se alimento sólo de la Hostia Consagrada por un periodo de 35 años y también vio a Jesús que distribuía el pan en la boca de los apóstoles.

María Simma de Sonntag, Austria.
Alma sufriente por las almas del Purgatorio y también vidente de ellas. Al llevar su sufrimiento místicamente, o en oración, ella ha liberado, después de la década de los sesentas, de cuarenta a cincuenta sacerdotes (incluyendo obispos). La mayoría de ellos estaban en el Purgatorio debido a que promovieron la práctica de la Comunión en la mano u otras irreverencias. María llama a la Comunión en la mano “la obra del diablo”. Ella también repute a menudo lo que le dicen las ánimas y una de las preocupaciones que ellas expresan es que la Iglesia desde sus inicios nunca ha estado en tan mala situación como está ahora.

Sor Anna Ali de Kenya
(Estigmatizada)
Sor Anna conversa con Jesús y sus revelaciones se centran en la devoción Eucarística. Jesús le ha dicho que la masonería ha acordado abolirlo a Él de la Santa Misa.

RECIENTES INSTRUCCIONES PAPALES
MEMORIALE DOMINI por Papa Paulo VI
Carta del Papa (DOMINICAE CENAE)
Ésta incluye:
“En vista del estado de la Iglesia en sus totalidad hoy en día, esta manera de distribuir la Santa Comunión (en la lengua)
entonces debería ser acatada, no solamente porque descansa en la tradición de muchos siglos, sino especialmente porque
es un signo de reverencia por parte de los fieles hacia la Eucaristía. La práctica de colocar la Santa Comunión en la lengua de
los comulgantes de ninguna manera empaña su dignidad personal. Esta forma tradicional de administrar la Santa Comunión
asegura más eficazmente que s ele dará la Comunión a los fieles con la debida reverencia, decoro y dignidad”.
EL MISTERIO Y CULTO DE LA SANTA EUCARISTÍA por Juan Pablo II
Carta del Papa (DOMINICAE CENAE)
A todos los Obispos y Sacerdotes
24 de febrero de 1980
Ésta incluye:
“¡Con qué elocuencia el rito de la unción de las manos de los sacerdotes en la ordenación latina nos dice que una gracia especial y el poder del Espíritu Santo son necesarios precisamente para las manos de los sacerdotes! El tocar la Santa Eucaristía y distribuirla con sus propias manos es un privilegio de los ordenados”.
Además,

INESTIMABLE REGALO (INAESTIMABILE DONUM)
Sobre algunas normas relacionadas al culto del Misterio Eucarístico, por el Papa Juan Pablo II
La Santa Congregación para los Sacramentos y la Adoración Divina
Jueves Santo, 3 de abril de 1980.
Esto incluye:
“La Santa Eucaristía es el regalo del Señor que se debería distribuir a los laicos A TRAVÉS DE LA INTERMEDIACIÓN DE SACERDOTES CATÓLICOS quienes son ordenados especialmente para esta obra. No se les permite a los laicos tomar la Sagrada Hostia solos, ni el Cáliz Consagrado”.

OTROS TESTIMONIOS
Martín Lutero, † 1546
Él rechazó recibir la Cena del Señor Luterana con la mano, por se ésta “una expresión de falta de fe”. Al considerar la presencia real en el momento de la Cena del Señor (formulación luterana), Lutero también aceptó el Principio de Dios, de la Comunión en la lengua.

Anneliese Michel, † 1976
(Incorrupta)
Cuando esta chica de una piadosa familia alemana, a la edad de 16 años fue repentinamente afligida por una posesión demoniaca, el demonio (durante un exorcismo ordenado por el obispo local) fue obligado a decir lo siguiente: “La cosa (Hostia Consagrada) no se debe colocar en las manos. Los sacerdotes deben tener valor. Los laicos no deben distribuirla.
Durante la distribución de esa cosa (Santa Comunión) deben arrodillarse. Por mandato de aquella (señalando una estatua de la Virgen que estaba cerca) la Comunión en la mano debe abolirse porque es obra mía. El obispo debe prohibir la Comunión en la mano, si lo puede lograr”.

El Capellán Schallinger y 242 Sacerdotes
(En una carta a Juan Pablo II en 1979)
“No podemos, debido a cuestiones de conciencia, distribuir la Comunión en la mano”.

Fraternidad de Sacerdotes de San Pedro
(Formada por el Papa Juan Pablo II en 1988)
Sus sacerdotes no distribuyen la Comunión en la mano.

LA OPOSICIÓN ANTI-CRISTIANA
Ya en el siglo XIX podemos citar a Estanislao de Guaita, quien fue un sacerdote renegado, cabalista, y un modelo para todos
los masones.
“Cuando logremos que los católicos reciban la Comunión en la mano, habremos alcanzado nuestra meta”.
Se puede citar lo siguiente de un Plan Masónico del año 1925:
“¿Cómo se puede lograr que los fieles ya no crean en la presencia real de Jesús en la Eucaristía?... Primeramente hay que hacer que la gente en todas partes reciba la Comunión de pie y después colocar la Hostia en sus manos. Preparados de esta manera llegarán a ver a la Hostia como un símbolo de convivió fraterno, y consecuentemente caerán”.
Lo siguiente fue tomado de una lista de directivas masónicas dadas en el año 1962 por un Gran Maestro Americano. Entre una lista de 34 sugerencias anticatólicas citamos esta:
“Hacer que los comulgantes no se arrodillen para recibir la Hostia. Lograr que las monjas no permitan que los niños junten las manos cuando comulguen”.
Hoy en día, cuando Irlanda, Croacia y Polonia han sido el blanco de los masones, un resultado anticristiano de esto podría ser que la Comunión en la mano se estableciera más que nunca en sus iglesias, en estos tres que son entre los más firmes en Europa. ¡Que tengan mucho cuidado los otros países de Europa Oriental!
Por favor comprendan con mucha claridad y por el bien de sus almas que la meta última de la Masonería es la destrucción total de la Iglesia y que Jesús Eucarístico es el Corazón mismo de la Iglesia. ¿NO ES ASÍ? ¿Qué tan inmensa tendrá que ser la reparación del Cardenal Bugnini?
La prensa de países occidentales reporta, hoy en día, una epidemia de prácticas satánicas, e incluso el departamento de policía de Nueva York en años recientes ha acudido a la Iglesia Católica para pedir consejo en cuanto a esto. La práctica más sacrílega es la de las “misas negras” donde Hostias consagradas se ofrecen a Satanás para ser profanadas. ¿No es lógico pensar que se ha hecho mucho más fácil adquirir las Hostias que se necesitan para este propósito debido al descuido de alguien? ¡Alguien de la jerarquía será llamado a juicio por cada una de estas Hostias!

LOS FRUTOS DE LA COMUNIÓN EN LA MANO
¿Cómo, entonces, llegó la Comunión en la mano, por ejemplo, a Italia? Si pueden creer esto, ¡fue debido a los turistas! Así dijeron los sacerdotes que entonces presionaban a la Conferencia Episcopal con este argumento tan superficial. Dijeron que los turistas que provenían de Alemania, Francia, Bélgica y Holanda, querían recibir la Comunión en la mano y para no trastornar sus vacaciones los sacerdotes estuvieron de acuerdo con ellos y por fin también algunos Obispos. ¡En resumen, el dinero que iban a gastar los turistas triunfó sobre la verdadera reverencia hacia Jesús Eucarístico!
Además de lo que ya se dijo, la Comunión en la mano sólo ha servido para difundir serias dudas entre los fieles y especialmente entre los jóvenes, en relación a la verdadera presencia de Jesús en la Santa Comunión.
En muchas partes de Occidente ha propiciado y luego reforzado la idea de que el “saludo de paz” es lo más importante de la Misa. El saludo de la Paz fue otra idea que viene del tiempo de Bugnini. Esta práctica ha contribuido mucho a debilitar la verdadera reverencia cuando las personas se encuentran directamente ante Jesucristo.
Indirectamente, la Comunión en la mano ha contribuido también a que los Sagrarios ya no se encuentren en el centro de las iglesias sino en un área lateral, o en otra sala, o incluso en otro edificio, donde pocos saben encontrar a Jesús, si quieren adorarlo. Esto ha llevado a que ya no haya reclinatorios en muchos templos de Occidente. Satanás es un muy astuto depredador, como lo saben las personas verdaderamente orantes, y es perseverante en su intento para paso a paso llevarnos a la ruina.

En Europa existen grupos de laicos cuya responsabilidad única es de recoger los fragmentos de las Hostias Consagradas que se han caído después de haber dado la Comunión en la mano. Lo que nunca fue necesario en la manera tradicional de recibir la Santa Comunión, incluyendo el uso de las patenas, se tiene que hacer ahora. Gracias a Dios, todavía existen almas fervorosas que se encargan de ello.
¡¿Es realmente extraño que tantas iglesias de Occidente hoy se encuentren vacías y frías, cuando Jesús ha sido cuestionado, luego ignorado, desplazado, removido y finalmente deshecho?!
¿El plan masónico de 1925 no ha hecho un buen trabajo? Demasiado bueno, querido católico. Pero ahora es cuando debemos regresar a la verdadera reverencia, y si deseamos que nuestra Iglesia experimente la Renovación de que habla el Santo Padre, hay que hacerlo en conjunto. Muchos han intentado una Renovación sin Nuestra Señora, pero hoy ésta se encuentra fragmentada sin remedio. Otros han experimentado una Renovación con Ella pero dirigieron su devoción más hacia la Virgen que hacia su Hijo Jesús. SÓLO si todos regresamos a una verdadera reverencia hacia su Hijo estaremos realmente con Ella y entonces no se podrá detener una Renovación total.

Cuando los comulgantes, que se adhieren a una u otra forma de comulgar, hoy día son esquivados completamente o incluso regañados por los sacerdotes y se les hace burla por su comportamiento, ¿a cuál grupo piensa usted que pertenece?
SIEMPRE al grupo que se esfuerza por aceptar la Santa Comunión en la lengua de rodillas, y nunca al otro.
Este hecho también debería decirnos algo. Querido católico: ¿A quién se le debe atribuir esta situación, a Jesús o al enemigo?
Cuando se oye el argumento “La Iglesia lo ha permitido”, recuerde que ustedes son la Iglesia y no los enredos de las burocracias deshonestas, desobedientes y traidoras que se encuentran en algún lugar lejano e inaccesible. La Iglesia no lo ha permitido sino lo ha tolerado bajo presión solamente.
La Conferencia Episcopal de las Isla Filipinas ha regresado a la práctica de la Comunión en la lengua, debido al aumento de
sacrilegios que habían ocurrido por la Comunión en la mano.
CONCLUSIÓN
Si comparamos la enorme cantidad de personas que reciben la Comunión en la mano con los nombres y situaciones anteriormente mencionadas, nos damos cuenta claramente de que este santo asunto aún no se ha resuelto. Ahora toca, una vez más, a los hijos de María Virgen dar el mejor ejemplo al mundo entero, y seguirla a Ella donde nos conduce por vida de oración, y más cerca de Jesús en una manera aún más reverente.
No se puede negar que la evidencia es fuerte y arrolladora a favor de la Comunión en la forma tradicional, en la lengua y de rodillas. ¿Quiénes son los que forman el pequeño, muy pequeño grupo de disidentes? Puesto que en esta situación no prevalece automáticamente la mayoría, finalmente dejaremos este asunto a Jesús. Pero una cosa es cierta: Jesús nos da a los Santos y a los Místicos como modelos de vida, y no para que los consideremos como “antiguos” o “pasados de moda”, o incluso seres desviados. Sus gracias les fueron otorgadas por sus vidas llenas de virtudes, y no, como muchos hoy parecen creer, que les fueron otorgados democráticamente o al azar.

Cuando unimos lo que Nuestra Señora le dijo a Martha Robin acerca de la derrota de la masonería, con el hecho de que al parecer sí fueron los masones quienes difundieron la “falsa opinión” e instigaron a la práctica de la Comunión en la mano por segunda vez. Tomemos desde ahora las numerosas indicaciones de la Virgen, en lugar de esperar hasta que algún cataclismo suceda.
Por otra parte cuando lleguen a nuestros oídos nombres como: Agustín, Francisco, Tomás de Aquino, Catalina de Siena, Brígida de Suecia, Papa León XIII y Pío X, Jean Marie Vianney, Teresa Neumann, Marthe Robin, Katharina Emmerich, Padre Pío, Lanciano, Madre Teresa, María Simma, Fátima, Garabandal, Akita y Medjugorge, tiene sentido que les escuchemos y aprendamos de ellos y sigamos sus enseñanzas. Si no lo hacemos, estamos admitiendo nuestra indiferencia descarada hacia Jesús Eucarístico.
Así atestiguaron los videntes de Medjugorge en enero de 1983: “La mayoría de las personas va al Purgatorio, muchos van al Infierno y un pequeño número va directamente al Cielo”.


¡VAYAMOS TODOS DIRECTAMENTE AL CIELO!

DEL ABUSO DE LA MISERICORDIA DE DIOS PARA OBSTINARSE EN EL PECADO, POR SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO



DEL ABUSO DE LA MISERICORDIA DE DIOS PARA OBSTINARSE EN EL PECADO, POR SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO

Ignoras quoniam benignitas Dei ad Poenitentiam te adducit? (¿No sabes que la benignidad de Dios te convida a penitencia?)- Romanos 2, 4.
Punto 1
Refiérese en la parábola de la cizaña que, habiendo crecido en un campo esa mala hierba mezclada con el buen grano, querían los criados ir a arrancarla. Pero el amo les replicó: «Dejadla crecer: después la arrancaremos para echarla al fuego» (Mateo 13, 29- 30). Infiérase de esta parábola, por una parte, la paciencia de Dios para con los pecadores, y por otra, Su rigor con los obstinados. Dice San Agustín que el enemigo engaña de dos maneras a los hombres: «con desesperación y con esperanza.» cuando el pecador ha pecado ya, le mueve a desesperarse por el temor de la divina Justicia; pero antes de pecar le anima a que caiga en tentación por la esperanza de la divina Misericordia. Por eso el santo nos amonesta diciendo: «Después del pecado ten esperanza en la Misericordia; antes del pecado teme la divina Justicia». Y así es, en efecto. Porque no merece la Misericordia de dios el que se sirve de ella para ofenderle. La Misericordia se usa con quien teme a Dios, no con quien la utiliza para no temerle. El que ofende a la Justicia —dice San Juan de Ávila—, puede acudir a la Misericordia; mas el que ofende a la Misericordia, ¿a quién acudirá?
Difícilmente se hallará un pecador tan desesperado que quiera expresamente condenarse. Los pecadores quieren pecar, mas sin perder la esperanza de Salvación. Pecan, y dicen: Dios es la misma Bondad; Aunque ahora peque, yo me confesaré más adelante. Así piensan los pecadores, dice San Agustín (Trac., 33, In Jn.). Pero, ¡Oh Dios Mío!, así pensaron muchos que ya están condenados.
«No digas —exclama El Señor— La Misericordia de Dios es grande: Mis innumerables pecados, con un acto de contrición me serán perdonados» (Eclesiástico 5, 6). No habléis así —nos dice el Señor—. ¿Y por qué? «Porque su Ira está tan pronta como su Misericordia; y su Ira mira a los pecadores» (Eclesiástico, 5, 7).
La Misericordia de dios es infinita; pero los actos de ella, o sea los de conmiseración, son finitos. Dios es clemente, pero también Justo. «Soy Justo y Misericordioso; —dijo el Señor a Santa Brígida—, y los pecadores sólo atienden a la Misericordia». «Los pecadores —escribe San Basilio— no quieren ver más que la mitad». «Bueno es el Señor; pero, además, es Justo. No queramos considerar únicamente una mitad de Dios».
Sufrir al que se sirve de la Bondad de Dios para más ofenderle —decía el santo Ávila—, antes fuera injusticia que Misericordia. La clemencia fue ofrecida al que teme a Dios, no a quien abusa de ella. Et Misericordia ejus timentibus eum, como exclamaba en su Cántico la Virgen Santísima. A los obstinados los amansa la Justicia, porque, como dice San Agustín, la Veracidad de Dios resplandece aun en sus amenazas (1).
«Guardaos —dice San Juan Crisóstomo (2)— cuando el demonio (no Dios) os promete la divina Misericordia con el fin de que pequéis.» «¡Ay de aquel —añade San Agustín— que para pecar atiende a la esperanza!…(In Sal. 144). ¡A cuántos ha engañado y perdido esa vana ilusión!» (3).
¡Desdichado del que abusa de la piedad de Dios para ofenderle más!… Lucifer —como afirma San Bernardo— fue con tan asombrosa presteza castigado por Dios, porque al rebelarse esperaba que no recibiría castigo. El rey Manases pecó; convirtióse luego, y Dios le perdonó. Mas para Amón, su hijo, que, viendo cuan fácil había conseguido el perdón su padre, llevó mala vida con esperanza de ser también perdonado, no hubo Misericordia. Por esa causa —dice San Juan Crisóstomo— se condenó Judas, porque se atrevió a pecar confiado en la benignidad de Jesucristo (4).
En suma: si Dios espera con paciencia, no espera siempre. Pues si el Señor siempre nos tolerase, nadie se condenaría; pero la opinión más común es que la mayor parte de los cristianos adultos se condena. «Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por él» (Mateo 7, 13).
Quien ofende a Dios, fiado en la esperanza de ser perdonado, «es un escarnecedor y no un penitente» —dice San Agustín—. Por otra parte, nos afirma San Pablo que «Dios no puede ser burlado» (Gálatas 6, 7). Y sería burlarse de Dios el ofenderle siempre que quisiéramos y luego ir a la Gloria.
Quien siembra pecados no ha de esperar otra cosa que el eterno castigo del Infierno (Gálatas 6, 8). La red con que el demonio arrastra a casi todos los cristianos que se condenan es, sin duda, ese engaño con que los seducía diciéndoles: pecad libremente, que a pesar de todo ello os habéis de salvar. Mas el Señor maldice al que peca esperando perdón (5).
La esperanza después del pecado, cuando el pecador de veras se arrepiente, es grata a Dios; pero la de los obstinados le es abominable (Job 11, 20). Semejante esperanza provoca el castigo de Dios, así como provocaría a ser castigado el siervo que ofendiese a su señor precisamente porque éste es bondadoso y amable.
Afectos y súplicas 
¡Ah Dios mío! ¡Mirad cómo soy uno de los que os han ofendido porque erais bueno con ellos!… ¡Oh Señor!, esperadme aún. No me abandonéis todavía, que yo espero, con el auxilio de vuestra Gracia, no provocaros más a que me dejéis.
Me arrepiento, ¡Oh Bondad Infinita!, de haberos ofendido y de haber tanto abusado de vuestra paciencia. Os doy gracias porque hasta ahora me habéis tolerado; y de hoy en adelante no volveré a ser, como he sido, un miserable traidor. Os amo sobre todas las cosas; aprecio vuestra Gracia más que a todos los reinos del mundo, y antes que perderla preferiría perder mil veces la vida.
Dios mío, por amor de Jesucristo, concededme, con vuestro santo amor, el don de la perseverancia hasta la muerte. No permitáis que de nuevo os haga traición ni deje de amaros.
Y Vos, Virgen María, en quien espero siempre, alcanzadme la perseverancia final, y nada más pido.
Punto 2
Dirá, quizá, alguno: «Puesto que Dios ha tenido para mi tanta clemencia en lo pasado, espero que la tendrá también en lo venidero». Mas yo respondo: «Y por haber sido Dios tan misericordioso contigo, ¿quieres volver a ofenderle?»
«¿De ese modo —dice San Pablo— desprecias la bondad y paciencia de Dios? ¿Ignoras que si el Señor te ha sufrido hasta ahora no ha sido para que sigas ofendiéndole, sino para que te duelas del mal que hiciste?» (Romanos 2, 4). Y aun cuando tú, fiado en la divina Misericordia, no temas abusar de ella, el Señor te la retirará. «Si vosotros no os convirtiereis, en tensará su arco y le preparará» (Salmo 7, 13).
Mía es la venganza, y Yo les daré el pago a su tiempo (Deuteronomio 32, 35). Dios espera; mas cuando llega la hora de la Justicia, no espera más y castiga.
Aguarda Dios al pecador a fin de que se enmiende (Isaías 30, 18); pero al ver que el tiempo concedido para llorar los pecados sólo sirve para que los acreciente, válese de ese mismo tiempo para ejercitar la Justicia (Lamentaciones 1, 15). De suerte que el propio tiempo concedido, la misma misericordia otorgada, serán parte para que el castigo sea más riguroso y el abandono más inmediato. «Hemos medicinado a Babilonia y no ha sanado. Abandonémosla» (Jeremías 51, 9).
¿Y cómo nos abandona Dios? O envía la muerte al pecador, que así muere sin arrepentirse, o bien le priva de las gracias abundantes y no le deja más que la gracia suficiente, con la cual, si bien podría el pecador salvarse, no se salvará.
Obcecada la mente, endurecido el corazón, dominado por malos hábitos, será la salvación moralmente imposible; y así seguirá, si no en absoluto, a lo menos moralmente abandonado. «Le quitará su cerca, y será talada…» (Isaías 5, 5).
¡Oh, qué castigo! Triste señal es que el dueño rompa el cercado y deje que en la viña entren los que quisieren, hombres y ganados: prueba es de que la abandona.
Así, Dios, cuando deja abandonada un alma, le quita la valla del temor, de los remordimientos de conciencia, la deja en tinieblas sumida, y luego penetran en ella todos los monstruos del vicio (Salmo 103, 20). Y el pecador, abandonado en esa oscuridad, lo desprecia todo: la Gracia Divina, la Gloria, Avisos, Consejos y Excomuniones; se burlará de su propia condenación (Proverbios 18, 3).
Le dejará Dios en esta vida sin castigarle, y en esto consistirá su mayor castigo. «Apiadémonos del impío…; no aprenderá (jamás) Justicia» (Isaías 26, 10). Refiriéndose a ese pasaje, dice San Bernardo (6): «No quiero esa misericordia, más terrible que cualquier ira».
Terrible castigo es que dios deje al pecador en sus pecados y, al parecer, no le pida cuenta de ellos (Sal. 10, 4). Diríase que no se indigna contra él (Ezequiel 16, 42) Y que le permite alcanzar cuanto de este mundo desea (Salmo 80, 13).
¡Desdichados los pecadores que prosperan en la vida mortal! ¡Señal es que Dios espera a ejercitar en ellos su Justicia en la vida eterna! Pregunta Jeremías (Jeremías 12, 1): «¿Por qué el camino de los impíos va en prosperidad?» Y responde enseguida (Jeremías 12, 3): «Congrégalos como el rebaño para el matadero».
No hay, pues, mayor castigo que el de que Dios permita al pecador añadir pecados a pecados, según lo que dice David (Salmo 68, 28-29): «Ponles maldad sobre maldad… borrados sean del Libro de los vivos»; acerca de lo cual dice San Roberto Belarmino: «No hay castigo tan grande como que el pecado sea pena del pecado». Más le valiera a alguno de esos infelices que cuando cometió el primer pecado el Señor le hubiera hecho morir; porque muriendo después, padecerá tantos infiernos como pecados hubiere cometido.
Afectos y Súplicas 
Bien veo, Dios mío, que en este miserable estado he merecido que me privaseis de vuestras luces y gracias. Mas por la inspiración que me dais, y oyendo que me llamáis a penitencia, reconozco que todavía no me habéis abandonado. Y puesto que así es, acrecentad, Señor mío, vuestra piedad en mi alma, aumentadme la divina luz y el deseo de amaros y serviros. Transformadme, ¡Oh Dios mío!, y de traidor y rebelde que fui, mudadme en fervoroso amante de vuestra bondad, a fin de que llegue para mí el venturoso día en que vaya al Cielo para alabar eternamente vuestras misericordias.
Vos, Señor, queréis perdonarme, y yo sólo deseo que me otorguéis vuestro perdón y vuestro amor. Duéleme, ¡Oh Bondad Infinita!, de haberos ofendido tanto.
Os amo, ¡Oh Sumo Bien!, porque así lo mandáis y porque sois dignísimo de ser amado. Haced, pues, Redentor mío, que os ame este pecador tan amado de vos, y con tal paciencia por Vos esperado. Todo lo espero de vuestra piedad inefable.
Confío en que os amaré siempre en lo sucesivo, hasta la muerte y por toda la Eternidad (Sal. 83, 3), Y que vuestra clemencia, Jesús Mío, será perdurable objeto de mis alabanzas.
Siempre también alabaré, ¡Oh María!, Vuestra Misericordia, por las gracias innumerables que me habéis alcanzado. A vuestra Intercesión las debo. Seguid, Señora mía, ayudándome y alcanzadme la santa Perseverancia.
Punto 3
Refiérese en la vida del padre Luis de Lanuza que cierto día dos amigos estaban paseando juntos en Palermo, y uno de ellos, llamado César, que era comediante, notando que el otro se mostraba pensativo en extremo, le dijo: «Apostaría a que has ido a confesarte, y por eso estás tan preocupado… Yo no quiero acoger tales escrúpulos… Un día me dijo el padre Lanuza que Dios me daba doce años de vida y que si en ese plazo no me enmendaba tendría mala suerte. Después he viajado por muchas partes del mundo; he padecido varias enfermedades, y en una de ellas estuve a punto de morir… Pero en este mes, cuando van a terminar los famosos doce años, me hallo mejor que nunca…». Y luego invitó a su amigo a que fuese, el Sábado inmediato, a ver el estreno de una comedia que el mismo César había compuesto… Y en aquel Sábado, que fue el 24 de Noviembre de 1668, cuando César se disponía a salir a escena, dióle de improviso una congestión y murió repentinamente en brazos de una actriz.
Así acabó la comedia.
Pues bien, hermano mío; cuando la tentación del enemigo te mueva a pecar otra vez, si quieres condenarte puedes libremente cometer el pecado; mas no digas que deseas tu Salvación. Mientras quieras pecar, date por condenado, e imagina que Dios decreta su Sentencia, diciendo: «¿Qué más puedo hacer por ti, ingrato, de lo que ya hice?» (Isaías 5. 4). Y ya que quieres condenarte, condénate, pues… Tuya es la culpa.
Dirás, acaso, que en dónde está ese modo de misericordia de Dios… ¡Ah, desdichado! ¿No te parece misericordia el haberte Dios sufrido tanto tiempo con tantos pecados? Prosternado ante Él y con el rostro en tierra debieras estar dándole gracias y diciendo: «Misericordia del Señor es que no hayamos sido consumidos» (Lamentaciones 3, 22).
Al cometer un solo pecado mortal incurriste en delito mayor que si hubieras pisoteado al Primer Soberano del Mundo. Y tantos y tales has cometido que si esas ofensas de Dios las hubieses hecho contra un hermano tuyo, no las hubiera éste Sufrido… Mas Dios no sólo te ha esperado, sino que te ha llamado muchas veces y te ha ofrecido el perdón. ¿Qué más debía hacer? (Isaías 5, 4).
Si Dios tuviese necesidad de ti, o si le hubieses honrado con grandes servicios, ¿podría haberse mostrado más clemente contigo? Así, pues, si de nuevo volvieras a ofenderle, harías que su divina Misericordia se trocara en indignación y castigo.
Si aquella higuera hallada sin frutos por su dueño no los hubiera dado tampoco después del año de plazo concedido para cultivarla, ¿quién osaría esperar que se le diese más tiempo y no fuese cortada? Escucha, pues, lo que dice San Agustín: «¡Oh árbol infructuoso!, diferido fue el golpe de la segur. ¡Mas no te creas seguro, porque serás cortado! Fue aplazada la pena —expresa El Santo—, pero no suprimida. Si abusas más de la divina Misericordia, el castigo te alcanzará: Serás cortado».
¿Esperas, por tanto, a que el mismo Dios te envíe al Infierno? Pues si te envía, ya lo sabes, jamás habrá remedio para ti. Suele el Señor callar, mas no por siempre. Cuando llega la hora de la Justicia, rompe el silencio. Esto hiciste y callé. Injustamente creíste que sería tal como tú. Te argüiré y te pondré ante tu propio rostro (Salmo 49, 21). Te pondrá ante los ojos los actos de divina Misericordia, y hará que ellos mismos te juzguen y condenen.
Afectos y Súplicas  
¡Ah Dios mío! desventurado de mí si, después de haber recibido la luz que ahora me dais, volviese a ser infiel haciéndoos traición. Esas luces, señales son de que deseáis perdonarme. Me arrepiento, ¡Oh Sumo Bien!, de cuantas ofensas hice a vuestra Infinita Bondad. Por vuestra Preciosísima Sangre esperó el perdón ciertamente. Mas si de nuevo me apartara de Vos, reconozco que merecería un infierno a propósito creado para mí.
Tiemblo, Dios de mi alma, por la posibilidad de volver a perder vuestra Gracia. Porque muchas veces he prometido seros fiel, y luego nuevamente me he rebelado contra Vos… No lo permitáis, Señor; no me abandonéis en esa inmensa desgracia de verme otra vez convertido en un enemigo vuestro. Dadme otro castigo; pero ése, no. «No permitáis que me aparte de Vos».
Si veis que he de ofenderos, haced que antes pierda la vida. Acepto la muerte más dolorosa antes que llorar la desdicha de verme privado de vuestra Gracia. Ne permitas me separari a Te. Lo repito, Dios mío, y haced que lo repita siempre: «No permitáis que me separe de Vos. Os amo, carísimo Redentor mío, y no quiero separarme de Vos».
Concededme, por los merecimientos de vuestra Muerte, amor tan fervoroso que con Vos me una estrechamente y jamás pueda alejarme de Vos.
Ayudadme, ¡Oh Virgen María!, con vuestra Intercesión y alcanzadme la santa Perseverancia y el amor a Cristo Jesús.
San Alfonso María de Ligorio, Preparación para la muerte, Consideración 17